lunes, 29 de abril de 2013

Madre.


y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra
y ahora que el poema expira
te digo como un niño, ven
he construido una diadema
(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)


Leopoldo María Panero.





Una aprende
cuando vive sola
que el único dolor que permanece
y se clava
atravesando la garganta
supera
si los cuento
los dedos de las manos.

Se aprende también
que hay tantos pares de ojos
mirando el mundo
a través de los míos
que a veces olvido
que lo que soy
no es más que una milésima parte
de lo que regaláis.

Cabezas levantándose orgullosas
cada mañana
cabezas que olvidan cuántas pastillas han de tomarse
pero nunca ningún cumpleaños
y se despiertan cada día por los suyos.
Ojos que andan victoriosos aún en silla de ruedas
demostrando que la valentía
corre maratones incluso sentada.

Manos que dicen palabras
que el lenguaje no ha inventado
cuando el tiempo nos encuentra
y yo siento que vuelvo a ser niña
queriendo volver a pedirles
que me tomen en brazos.


Imágenes que aparecen en mis ventanas
cuando el frío de dentro
se convierte en escarcha
recordándome que la alegría
son reuniones familiares
y un qué guapa estás 
en el que siempre me trago
las ganas de responder
echar de menos
es más bonito
si sirve para entender
que lo que quiero ser
es una pequeña parte 
de vuestra sonrisa.



Entonces comprendo
que no soy capaz de quejarme
porque la vida son todas las historias que escondéis
bajo los párpados.


Madre es volver a casa
y sentir que casa
no es otro lugar en el mundo
que sus ojos esperándote
inquietos
en la puerta de la estación.

lunes, 22 de abril de 2013

Conversación.

- Dime qué es morirse.
+ ¿Nunca usas sujetador?
- No me gusta que me aprieten el pecho. Zona frágil.
+ Aún así siempre pareces cristal a punto de romperse.
- Quizá ya estoy rota y lo que no quiero es desmontarme.
+ Morirse es soñar que no sueñas.
- ¿Qué significa, entonces, soñar que estoy muriendo?
+ Morirse es el dolor convertido en orgasmo. Tú sólo sueñas que gimes.
- ¿Es quererse otra forma de morir?
+ Quererse es la mejor forma de suicidarse.
   Casi como cruzar una carretera con los ojos cerrados,
   probablemente acabarás en el asfalto, atropellada
   y desangrándote
   aunque, a veces,
   cuando los abres,
   alguien está cortando el tráfico para ti.
- ¿Quién?
+ ¿Tú no querías morir?
- ¿Querrías ayudarme?
+ ¿Quieres que te mate?
- Quiero que me ayudes a no hacerlo.
 

jueves, 11 de abril de 2013

Olvido.

Se oculta
como los ratones de mi cocina
cuando oían pasos humanos aproximándose
como el gesto sordo de dolor
cuando la herida se abre de par en par
dejando a la luz hueso
sangre
y miedo.


Tiembla
como los cimientos de una casa hecha de papel
en medio de un vendaval
como cuando cerré la puerta
sabiendo que no podría volver a abrirla
y eché la llave.

No habla
no mira
no llora
cree que ya no queda nada de aquella batalla
que se cobró tantas vidas
como besos bajo el cuello
le dí en su día.

Es una cáscara vacía
llena de aire denso y gris
que ahoga
y escuece en la garganta
es ser nada
pero serlo todo
perder el significado
y ya no poder
notarse el pulso
es recoger las cenizas
sin guantes ni mascarilla
y quemarse las manos
porque olvidaste que el olvido
a veces
no se acuerda de nosotros.

martes, 2 de abril de 2013

Día rojo

Hay días que sobrepasan cualquier calificativo que los describa.
Días que empiezan noches antes y con la luz de un Sol sin nubes explotan.

Este noche tuve un sueño que duró un instante.
Un abuelito 
(uso el diminutivo cariñoso porque estaba
extraordinariamente arrugado y extraordinariamente sonriente)
me cogía de la mano y marcándome una cruz en la frente 
con cariño pero sin ceniza
me decía muy bajito 
mientras me agarraba por lo hombros 
que tenía prohibido enamorarme 
                        y llorar
porque él no iba a volver 
para arroparme en las noches de tormenta
y tenerme en sus brazos hasta que creciera
y lo sobrepasara en altura. 

Y yo
con mis cinco años 
mi camiseta de las Spice Girl 
y mi miedo a la oscuridad
le prometía a gritos huir tanto
que ya no querría a ningún hombre
porque él había sido el de mis sueños. 


Cuando desperté y recordé al abuelito
entendí
que hay prohibiciones que duran casi 20 años 
y promesas para toda la vida.